“Dimos la espalda a aquel mísero valle
por la ribera que en torno le ciñe,
y sin ninguna charla lo cruzamos.
No era allí ni de día ni de noche,
y poco penetraba con la vista;
pero escuché sonar un alto cuerno,
tanto que habría a los truenos callado,
y que hacia él su camino siguiendo,
me dirigió la vista sólo a un punto”
Divina Comedia
Dante Alighieri